RESEÑA HISTÓRICA 

La finca cuenta con una costrucción tradicional con más de 120 años, tiene una posición geográfica privilegiada ya que uno de los linderos es el camino del Virrey el cual era uno de los caminos más importantes en la colonización del Valle de Aburrá. Este conectaba el municipio de Santa Fé de Antioquia con Medellín, siendo el único camino de acceso de la época.

Bien pués, este motivo fué quien llevó a la familia Uribe a realizar un proyecto apoyado por el Cedezo del corregimiento de San Cristóbal, quien a través del diplomado en competencias gerenciales, donde se desarrolló la idea de un lugar que conservaría la flora y la fauna de la región y llevara las prácticas culturales e históricas de nuestros antepasados en épocas de la colonización, se contribuyó así a desarrollar la idea,  prevaleciendo la memoria natural e histórica de Antioquia.

Tras la búsqueda implacable del Valle de Arví informado a los conquistadores españoles en el año 1541, Jorge Robledo y Sebastián de Belalcázar deciden detener su marcha hacia el mar Caribe para encontrar el descrito por habitantes del valle de Pubenza (Popayán), como el grande, rico y muy poblado Valle de Arví, el cual se encontraba al otro lado de las cordilleras de las sierras nevadas; y para ello, dividen rumbos dirigiéndose Sebastián hacia el noreste y Robledo más hacia el norte cada uno en mando de un grupo numeroso de soldados y cronistas.

Es así, que Robledo pisa por primera vez tierras antioqueñas en agosto de 1541, en lo que hoy conocemos como Heliconia, encontrándose con un asentamiento indígena conformado por familias de Titiribíes, Guacos y Arvíes. Mismas familias que se vieron obligadas a enterrasen con sus riquezas debido a la presión ejercida durante la conquista, y en otros casos a migrar hacia las montañas de Boquerón donde hoy en día se encuentra ubicado el Centro Turístico y Recreativo que alude a su nombre.

Estas familias asentadas en las altas montañas de San Cristóbal son recordados frecuentemente por sus hábitos, pues han dejado el legado de los vallados de piedra, creados para proteger sus viviendas y en muchas ocasiones sus cultivos. Sus guacas y sus misteriosas cuevas prevalecen aún en las pobladas montañas.